Preguntémonos: ¿en dónde se origina este extraordinario mundo en el que nos sumergimos al leer las obras de eminentes autores latinoamericanos? ¿Por qué la conciencia artística del escritor está predispuesta a percibir y revelar la realidad mediante el prisma de lo maravilloso? Es curioso que el término 'realismo mágico' haya nacido en el seno de...
El realismo mágico es un movimiento literario que tuvo su origen en América Latina hacia la década de 1930, aunque alcanzó su apogeo entre 1960 y 1970, cuando coincidió con la generación del boom latinoamericano. Fue el escritor venezolano Arturo Uslar Pietri quien acuñó el nombre de realismo mágico al movimiento, en un libro titulado Letras y hombres de Venezuela, publicado en 1947.
Años más tarde, tras una larga polémica en relación al término, Uslar Pietri compartió que aquel nombre había surgido de su memoria inconsciente, ya que alguna vez había leído un texto del crítico alemán Franz Roh, en el que usaba realismo mágico para describir un estilo pictórico postexpresionista.
La aclaratoria fue necesaria para que se comprendiera que no había ni una relación entre ambos movimientos ni un objetivo o concepto compartido. No fue, por lo tanto, un intento por identificar una cosa con la otra. Entonces, ¿a qué se refiere el nombre realismo mágico literario?
¿Qué es el realismo mágico?
El realismo mágico es un tipo de narrativa en la cual lo extraño y lo peculiar se presenta como algo cotidiano. O mejor dicho, es una narración basada en la observación de la realidad, donde tienen cabida singularidades, peculiaridades y extrañezas dentro de la normalidad.
Esa realidad es posible en un contexto: Latinoamérica, en cuya sociedad se comunican, enfrentan y alimentan mutuamente el pensamiento simbólico y el pensamiento técnico modernizador, fruto de una historia vertiginosa signada por la yuxtaposición cultural, el mestizaje y la patente heterogeneidad.
Uslar Pietri insiste en separar conceptualmente el realismo mágico latinoamericano de otras estéticas aparentemente similares. Incluso, se aparta de quienes ven un antecedente en obras como Las mil y una noches o en el género de las novelas de caballería. Para el escritor venezolano, el realismo mágico no es una sustitución de la realidad por un mundo alterno, como en los ejemplos citados. El realismo mágico describe un fenómeno existente al que el autor califica como extraordinario.
Surgimiento del realismo mágico
Características
El realismo mágico surge, según Uslar Pietri, como contestación a una tradición literaria descriptiva e imitativa que dominaba en Latinoamérica, como las corrientes del romanticismo latinoamericano, el modernismo y el costumbrismo. Según este autor, estas corrientes aún no lograban hacerse cargo del universo complejo de la realidad latinoamericana. En cambio, el realismo mágico cuestionaba "la fantasía escapista" de la estética modernista tanto como el pintoresquismo de la literatura costumbrista. No se trata de que el realismo mágico hubiera sido una invención sino más bien un reconocimiento, un "retrato de una situación peculiar".
Características del realismo mágico
Desde este punto de vista, algunas de las principales características del realismo mágico incluyen las siguientes:
- Parte de la observación de la realidad.
- Incorpora el universo de valores simbólicos de las culturas latinoamericanas, a las que reconoce como parte de esa realidad sin apelar a una mirada vertical.
- Normaliza las peculiaridades en lugar de sustituir la realidad por un mundo fantástico o alterno.
- El narrador no ofrece explicaciones sobre los acontecimientos insólitos.
- Los personajes no demuestran extrañeza ante los fenómenos insólitos.
- Valora la percepción sensorial de la realidad.
- Rompe la linealidad temporal del relato.
- Expone realidades yuxtapuestas.
- Tiende a desarrollar ampliamente la metaficción.
Lo real maravilloso
En 1949, dos años después de que Arturo Uslar Pietri acuñara el término realismo mágico, Alejo Carpentier introdujo la noción de lo real maravilloso para referir la nueva literatura que se gestaba en Latinoamérica. Con esto se apartaba abiertamente de cualquier interferencia semántica con el concepto de realismo mágico europeo. Se apartaba también del prejuicio según el cual esa nueva literatura habría sido una interpretación latinoamericana del surrealismo.
Según el escritor cubano, la acepción del realismo mágico pictórico se refiere a la combinación de formas tomadas de la realidad de tal manera que no se ajustan a la normalidad. El surrealismo, por su parte, se define como una creación premeditada, basada en la literatura psicoanalítica, cuyo objetivo es construir una "sensación" de singularidad. Pero no lo real maravilloso latinoamericano: "Aquí lo insólito es cotidiano", dice Carpentier. Así, Carpentier define lo maravilloso como algo extraordinario, que no tiene por qué ser ni bello ni amable. ¿Cómo justifica este concepto de cara a la tradición literaria, cultural lingüística americana?
El escritor señala que Latinoamérica necesitaba tiempo para buscar un vocabulario que permitiese expresar aquella realidad desbordante, aquel barroco exuberante consagrado en su naturaleza, en su historia y en su cultura atávica y yuxtapuesta, y del que lo real maravilloso pareciera ser su continuación:
El debate entre el realismo mágico y lo real maravilloso
De la contraposición entre los términos propuestos por ambos autores, así como su mirada sobre la tradición literaria, surge un aspecto fundamental del contexto literario: el largo debate en el que se cuestiona si el concepto del realismo mágico es equivalente a lo real maravilloso.
La investigadora Alicia Llarena, en un ensayo titulado Un balance crítico: la polémica del realismo mágico y lo real maravilloso americano (1955-1993), sostiene que existe una diferencia (y más), ya que en el realismo mágico predomina una perspectiva fenomenológica, mientras que en lo real maravilloso predomina una perspectiva ontológica. El primero describe la realidad plural; el segundo, reflexiona sobre el ser inscrito en esa realidad plural.
Dado que ambos conceptos comparten el interés por la representación de dicha realidad, la autora comprende la razón por la que algunos críticos han propuesto reunir ambos términos en una expresión sincrética: "realismo maravilloso" o "realismo mágico maravilloso".
Principales autores y obras del realismo mágico
Arriba: Asturias, Carpentier y Uslar Pietri. Abajo: Garro, Rulfo y García Márquez.
Entre los principales representantes y obras del realismo mágico, podemos mencionar los siguientes:
- Miguel Ángel Asturias, Guatemala (1899-1974). Fue escritor, diplomático y periodista. Destacó por haber llamado la atención sobre las culturas indígenas en América Latina. Se le considera precursor del boom latinoamericano. Entre sus obras más emblemáticas están Hombres de maíz y Señor presidente.
- Alejo Carpentier, Cuba (1904-1980). Fue escritor, periodista y musicólogo. Introdujo la noción de los real maravilloso y del neobarroco latinoamericano. Entre sus obras se cuentan: El reino de este mundo; Los pasos perdidos y Concierto barroco.
- Arturo Uslar Pietri, Venezuela (1906-2001). Fue escritor, periodista, abogado, filósofo y político venezolano. Acuñó el término de realismo mágico al fenómeno de la nueva literatura latinoamericana del siglo XX. Entre sus obras literarias destacan: La lluvia y Las lanzas coloradas.
- Elena Garro, México (1916-1998). Escritora, dramaturgo, guionista y periodista. Su trabajo literario ha sido clasificado por la crítica como realismo mágico, aunque ella no se sentía a gusto con esta etiqueta. Entre sus obras destacan Los recuerdos del porvenir y La semana de los colores.
- Juan Rulfo, México (1917-1986). Ejerció como escritor, guionista y fotógrafo. Su obra es considerada como un punto de inflexión en la literatura mexicana, al marcar el fin de la literatura revolucionaria. Entre sus trabajos narrativos más importantes destacan Pedro Páramo y El llano en llamas.
- Gabriel García Márquez, Colombia (1927-2014). Conocido como el Gabo, fue también periodista, guionista y editor, ganador del premio Nobel de literatura. Su novela Cien años de soledad es considerada la máxima referencia del realismo mágico. También escribió títulos fundamentales como El coronel no tiene quien le escriba y Amor en los tiempos del cólera.